Dejar hablar al silencio


Todos vamos con prisas, como locos por la vida, estresados porque llegamos tarde a ninguna parte. Nos sentimos solos en muchas ocasiones, y como no nos gusta comer sin compañía nos ponemos la tele, encendemos la radio, pensamos en lo que haremos mañana o en lo que hicimos ayer, tararearemos una canción dscnocida, llamaremos por teléfono...Haremos lo que sea para evitar escuchar el silencio...

El silencio no nos gusta, porque nos apunta con el dedo, no nos gusta porque despierta a los monstruos...nos obliga a enfrentarnos con nuetra propia realidad. Sin embargo, el silencio es tan necesario como el sueño,porque la digestión de nuestras calamidades debe de ser lenta... Somos capaces de evitar escucarnos durante semanas y meses...y cada vez nos es más difícil estar en sedad...de repente la vida se empieza a hacer oscura, no disfrutamos realmene de lo que hacemos ni del contacto con los demás, sentimos una extraña sensación de mal humor, pero no sabemos por qué...Hasta que se rasga el velo del templo y los monstruos salen de las oscuras profunddades de nuestra inconsciencia...la evidencia sin palabras nos desborda y llegan la depresión, los llantos y el rechinar de dientes, las crisis existenciales, el dolor del corazón...

El silencio es la digestión del alma. Dedica cada día 10 minutos a escuchar lo que dice tu propio silncio, y creceás...porqu el que no escucha sus soledades crece en años, pero no en experiencia, crece en kilos, pero no en madurez, crece en enfermedades, pero no en sabidría...Si no te escuchas a tí msmo, ¿Cómo puedes esuchar a otros, cómo puedes escuchar a Dios?

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