ÚLCERAS, BONDADES Y PARADOJAS DE LA PARTICIPACIÓN



Cuando los maestros de la demagogia a color se sienten heridos, sacan a relucir sus bondades, y si hace falta, torturan la realidad para hacer evidente el bien que nunca han hecho...Debemos respetar a las asociaciones y grupos políticos, claro que sí, pues representan a un sector de la sociedad, pero esto no les respalda a convertir la verdad en una puta barata, en un mercenario que trabaja para hacer la guerra al mejor postor...

¿Por qué digo todas estas burradas? Porque mientras estos grupos (formados también por personas que realmente creen que se puede, a través de sus organizaciones, mejorar las cosas) nos hacen evidentes sus bondades, nosotros perdemos litros de sangre con sus navajazos posterolaterales...

Me parece justo su derecho a hablar, a asociarse...incluso a defenderse ante las sentencias de personas como yo...pero que no me tomen por tonto. Tras sus palabras bien formuladas y sus carnés de colores he contemplado cómo presidentes de organizaciones estudiantiles "independientes" llegan a asesores de consejeros, he sabido de buena tinta cómo el dinero de mis impuestos se va en cenas opulentas en hoteles de cinco estrellas y siete coronas, he oído los teléfonos descolgarse para conspirar por intereses que nada tienen que ver con los jóvenes, los estudiantes o la sociedad...He contemplado cómo machacan a sus "amigos" cuando fracasan en unas urnas, cómo despedazan la carne y la integridad de sus víctimas, sin importar los lazos que no sirvan al interés, he visto cómo muchas asociaciones se convierten en lianas para saltar al poder, cómo la firma de gente joven se usa con malicia para crear otras asociaciones que de nuevo consiguen dinero público que termina en lujosas comidas en hoteles de cinco estrellas y siete coronas...

En fin, las bondades de muchos grupos de carnés, y de otros que sin carné son de peor calaña si cabe. En los lugares donde debiéramos decir esto yo no soy yo, tú no eres tú, tenemos cargos, representamos personas, grupos, pensamientos...dependemos en muchas ocasiones de que la verdad no se diga para que no empiecen a poner precio a nuestra cabeza...para que nuestra destrucción, política, asociativa o moral, no empiece a ser rentable, y los mesías de despacho no dejen libres a sus hienas...

No deja de ser paradójico que donde más hace falta que se diga la verdad, uno tenga las cuerdas vocales a mercé de la multitud...que me echen por piedad, que no hay peor enfermedad que ser infiel a mí mismo, ni peor dictadura que la de la mayoría...

Comentarios

  1. Cuando la lucha entre facciones es intensa, el político se interesa, no por todo el pueblo, sino por el sector a que él pertenece. Los demás son, a su juicio, extranjeros, enemigos, incluso piratas.
    Thomas Macaulay (1800-1859) Historiador y político británico.

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