VOCACIÓN DE VIVIR BIEN


Siempre me chocó eso que se decía antes:"pasas más hambre que un maestro de escuela". La verdad es que yo no he vivido esa época en la que los maestros realmente pasaban hambre por dedicarse a una labor que les enamoraba. Se les pagaba en prestigio social, ciertamente, pero no en dinero...a lo sumo, algunas madres les llevaban frutas del huerto o pasteles caseros, en un gesto que quedaba entre compasión y agradecimiento. Eran personas realmente vocacionadas (vocación significa llamada,y todos deberíamos tener una...no tiene por qué tener que ver con ser sacerdote o monja de la caridad).

Hoy, sin embargo, me da pena escuchar a los recién licenciados quejarse porque tienen que estudiar un Máster para poder ser profesores. Ser profesor hoy puede ser bastante duro, porque realmente las clases de antes no son las de ahora. Si bien, estoy convencido, que a que eso pase han contribuido enormemente tanto padres como profesores. Nos horrorizamos al ver los malos tratos que sufren algunos profesores en el aula o lo pasotas `y maleducados que son los alumnos...y sin embargo, creo que lo que más ha cambiado no son las hormonas preadolescentes, sino el rol del profesor.Hoy el profesor no siempre tiene la vocación de enseñar, no tiene por qué estar enamorado como lo estamos otros de esa preciosa tarea que es ayudar a construir personas...La vocación de profesor no es compatible con pasar hambre...muchos profesores no se sienten llamados a la Educación, sino a la seguridad de un sueldo fijo...muchos profesores pierden la autoridad en el aula, porque la autoridad es una cosa que se tiene antes de entrar a clase, y la perdieron cuando el amor a su sueldo les hizo perder el amor a la enseñanza...muchos profesores han dejado de ser vocacionados para ser "vacacionados", y es que no hay mayor vocación, sobretodo en tiempos de crisis, que la de vivir bien. Ninguna ley de autoridad generará autoridad en quien no tiene ni siquiera carisma.

Esta vocación al bienestar surge de la tendencia anti evangélica de asegurar el pan de hoy y el de mañana, aunque eso suponga en la mayoría de las veces que perdamos nuestra libertad. Por desgracia, la vocación de la buena vida no sólo ha pervertido a maestros y profesores, sino a alumnos y estudiantes (que no son lo mismo). Ya no nos interesa aprender ni aprehender, sino aprobar, y a veces ni eso. Se habla ya de la generación ni-ni y el fracaso escolar sale junto a nuestra foto en todas las estadísticas internacionales. Ni los universitarios salen ya a la calle porque no saben nada de política. Los estudiantes, que éramos garantes del futuro a través de la atención en el presente, ya, ni sabemos del presente ni nos interesa el futuro. En España es aún peor, en Grecia morían los estudiantes en las calles, y en Francia salían de sus clases porque la edad de jubilación se amplió hasta los 62. Aquí los estudiantes, o no piensan o no salen a la calle porque son "de izquierdas", como el gobierno...y que van a pensar de ellos sus "superiores". Cuidado, no creo que la herramienta del cambio sea quemar contenedores, pero desde luego lo que no cambia las cosas es decir que salimos a la calle y luego quedarnos en casa viendo la basura con la que nos lavan el cerebro en la televisión. Nos quejamos de algunas cosas pero no estamos dispuestos a mover ni un dedo por cambiarlas. Mientras tengamos algo que comer, una cama donde dormir, algo de dinero para los cubatas, y (los más afortunados) una buena mamada de vez en cuando, aquí no se mueve ni el tato.







En España salen los sindicatos, habitualmente formados por personas que cobran del dinero de todos para hacer eso...pero, y los estudiantes? y los ciudadanos? Sirvió para algo este paseo por la calle cuando al día siguiente sindicatos y gobierno se doraban la píldora en los medios?

Pero cuidado, que este cáncer va más allá. La vocación del bienestar ha corroído también nuestra identidad de ciudadanos. Preferimos cobrar el paro que trabajar, y a la vez quejarnos de que no hay trabajo. Somos capaces de no votar porque cae en domingo, y si lo hacemos, siempre votamos a los mismos, mientras nos quejamos de que no hay alternativas políticas. Esta misma actitud imbécil es la que tenemos cuando provocamos que los canales nos pongan mierda mientras nos quejamos de que ponen esa mierda en la tele (no la ves porque la pongan, ¡la ponen porque la ves!).

Quizás cada pueblo o sociedad tenemos los gobernantes que nos merecemos, la tele que nos merecemos, y hasta la justicia que se merece...La historia de un pueblo debería escribirla el propio pueblo, ¿por qué entonces parecemos sentirnos víctimas de un verdugo invisible?, ¿por qué entonces padecemos pasivamente algo que en el fondo hemos elegido? El cambio quizás sólo puede darse por multitudes, pero las multitudes están formadas por individuos...aceptemos por tanto que es nuestra comodidad y cobardía la causa última de nuestro sufrimiento personal y social...Yo (tú, él) soy el responsable de que el gobierno no funcione, la política no nos represente , de que pongan la tele que ponen, de que siga habiendo hambre...Es tu vocación de vivir bien la que hace que vivir bien sea imposible...Tu tendencia a la seguridad sólo asegura nuestra frustración colectiva.

Comentarios

  1. Precisamente estoy leyendo desde la universidad de Rennes, en Francia. Aquí la huelga y la manifestación son el pan de cada día y se consideran una obligación en vez de una molestia.

    Uno ve a estos estudiantes ejerciendo su derecho a la reivindicación y se pregunta por qué en España no es igual. Uno puede mirarlos con condescendencia y pensar que son unos ilusos, que se creen que van a cambiar algo... el problema es que no se puede mirar condescendientemente a un país con una tradición democrática mucho más extensa, arraigada y probada que la Española.
    Será que somos nosotros quienes tenemos que madurar.

    Hay que educarse bien

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  2. No sabía que estabs en Francia. Disfruta cotemplando cómo los ciudadanos ejercen sus derechos, y si puedes traete algo de eso para España...aunque me interesa más la otivación que las formas, la verdad.

    Lo bueno de Francia es que, cuando hizo mucha falta, no escatimaron en cortar alguna que otra cabeza en la guillotina...quizás aquí deberíamos hacer lo mismo...porque ya no guillotnamos a nuestros políticos ni en las elecciones...

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  3. Gracias Omar por hacerme reflexionar una vez más, resulta la verdad que muy muy útil.
    Buenas conclusiones!

    ¡Un abrazo!

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  4. Gracias a ti por permitirme hacerte reflexionar...a fin de cuentas eres tú el que toma la iniciativa de leer este blog!!
    Un abrazo

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