TAXIDERMIA Y CAPITAL

A 4300 metros de altura me faltaba el aire, pero no el afecto.Ahora a nivel del mar un agujero clama desde la ansiedad por ser llenado. Una vez más, caminando hacia delante, como un burro que persigue una zanahoria atada a un palo. De nada servirá fumar con desesperación, comprar cosas, comer sin hambre, ir al cine, practicar el onanismo o dormir todo el día. No me salvará del desatino el alcohol, la marihuana, la pornografía ni el romanticismo de verano. Viajar, leer, escuchar música ensordecedora o empalmar la siesta con la noche serán intentos vanos de huir hacia ningún sitio... Todo será vano, porque este agujero es necesario para mantener la farsa en la que vivimos. El capital se alimenta de nuestro vacío. La economía sólo funciona si se venden cosas de forma continua, por eso las modas nacen y mueren, abortadas y asesinadas por las mismas personas que les dieron la vida. Por eso nos obligan a la necesidad, y lo accesorio se vuelve imprescindible. Yo no valgo por lo que soy, sólo valgo en tanto en cuanto soy acreedor ficticio de mis necesidades ficticias, cliente potencial, recaudador de objetos y experiencias...el mercado se vuelve el líquido amniótico de una placenta artificial, y yo el feto pasivo que orbita no del todo inconsciente.

Por eso, no importa lo que haga, me sentiré vacío por dentro, ya que sólo así seguiré comprando, buscando desesperado algo o alguien con quien saciar una sed que no se apaga nunca. Una sed que es motor de un mercado voraz. Me quieren hacer libre, libre para comprar lo que quiera, poseer, comer, leer, pensar y viajar donde quiera...libre para perderme a mi mismo.  Me depilo la espalda para estar más guapo, voy al gimnasio para ser atractivo, como verdura en plástico para ser sano, salgo por la noche para exhibir el producto de mis "esfuerzos" con ropa que se lleva, y tengo un carnét de conducir y un coche que me permiten moverme donde quiera..porque soy libre, libre para conducir, para beber lo que quiera. Y sin embargo, ni el carnét ni mi coche con depósito lleno me permiten huír de este vacío ni de este teatro de la nada. La comida y la bebida no sacían, te dejan más sediento y hambriento...y ni por más viajes que hagas, personas con las que te acuestes o drogas que te metas, nada de nada te dejará completo. Cuanto más de ese veneno bebas más sed tendrás, en una espiral que no cesa nunca y que nos convierte en cáscara de langosta, en pellejo de morcilla, en carne de taxidermista.

 Nuestra infelicidad genera tantos ingresos como las guerras...es rentable. Por eso, querido corazón, no puedo hacer nada por ti. Estás condenado a morir de inanición mientras yo me esfuerzo toda la vida por alimentarte con alimentos que sé que en realidad te darán la muerte. Sólo puedo darte cuidados paliativos, corazón mío, y seguir comprando, comiendo, viajando, para asegurar que otros en el futuro puedan hacer lo mismo, puedan vivir igual de bien...tu sigue latiendo, que un consumidor muerto no tiene derecho a vivir.



—Todo el que beba de este agua volverá a tener sed, mas el que beba del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás; ¡sino que el agua que Yo le daré será en él una fuente que salte para vida eterna!

—Señor, dame de ese agua, para que no me vuelva a dar sed y no tenga que venir siempre aquí a sacarla.

Comentarios

Entradas populares

No olvides dejar un comentario o escribirnos al
granburdel@gmail.com

Eres el lector número...